
“Tú las cuentas, ellas te descuentan”.
Sabes que el mundo se va a la mierda cuando existen personas más preocupadas en pesar el trozo de pepino que se tienen que echar en su ensalada de aire con un poco de aliño de nube y sal sin sodio, que en ser felices.
No lo voy a negar, yo también conté calorías de forma obsesiva en un pasado. De hecho, estuve a punto de convertirme en una calculadora humana. No veía alimentos, ni ingredientes, únicamente números que se iban sumando en mi cabeza de forma casi inmediata.
Que cuantas más calorías tiene un alimento, más prohibido está comerlo. Que los hidratos de carbono te crean lorzas a partir de las 18:00 de la tarde. Que las grasas son satanás. Que necesitas suplementos proteicos y quemagrasas antes que un buen platahuete. Supongo que eso es lo que la sociedad nos inculca a fuego de muy diversas maneras.
Supermercados, restaurantes, bares, chiringuitos, la casa de tu abuela Juana, picnics en el campo o excursiones a la montaña… Y mientras tanto el pobre “My fitness Pal” echando humo y llorando fuerte porque acabas de registrar el cacho lechuga que te has comido.
¿Y dónde quedan los valores nutricionales de los alimentos? ¿Qué es eso? ¿Para qué sirve? ¿Se puede contar? ¿Por qué no hemos empezado antes por aquí? Pues eso me pregunto yo. El por qué se juzga antes un alimento por las calorías que te aporta que por su calidad nutritiva, es algo que nunca entenderé.
Aunque creas que sí, el llevar la cuenta de todas y cada una de las calorías que ingieres a lo largo del día NO te hace tener el control sobre tu vida, más bien al contrario, son ellas las que terminan controlándote a ti y siendo dueñas de tu vida y de tus decisiones. Acaban siendo ellas las que deciden si debes o no aceptar planes maravillosos con tu familia y amigos o si debes llevarte el tupper con todo pesado a la boda de tu hermana.
Pierde tu tiempo en contar alegrías, momentos, experiencias y sensaciones, pero no calorías.
Y tú… ¿Llevas el coche de tu vida o vas subido sin controlar a dónde vas?
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Me ha gustado tu entrada en el blog pero es que yo tengo un pequeño problema. Me gusta mucho comer y parece que tenga un agujero negro en el estómago, si comiera las cantidades que quiero, terminaría bastante mal porque como he dicho, me cuesta quedarme satisfecha. Yo también pasé por una etapa de contar calorías, ahora prefiero controlar las macros de la comida y comer alimentos sanos y calóricos, como el aceite de oliva, pero pesándolos antes, No me gusta controlar tanto lo que como y no ingerir algo para comer o cenar porque me paso 10 g de grasas. A pesar de que no soy una gran fan de la báscula, tengo miedo de pasarme de todo y no conseguir mi objetivo de perder grasa sin perder el músculo. ¿Tú que me aconsejarías?
hola a mi me pasa exactamente igual q Andrea… entre q me encanta comer q parece q no tengo fin y se me junta con momentos de ansiedad ya es la bomba!!
necesitamos consejitos plis!!!
un abrazo ?